Desde muy pequeña siempre destacaste entre tus compañeros, no solo por la altura, sino por ser una niña ejemplar. Educada, estudiante, amiga de sus amigos, y sobre todo, buena persona. Preescolar, primaria, la ESO y bachillerato, fueron testigos de tu fuerza, voluntad y progreso. El esfuerzo constante por superarte a ti misma, fue uno de los factores que en muchas ocasiones hicieron que te vinieras arriba en los momentos más difíciles en los que creías que todo estaba perdido, y contra todo pronóstico, esquivaste los obstáculos que se te atravesaban en este duro camino.
A pesar de escoger caminos muy diferentes y con la distancia como enemiga, nuestra amistad enriqueció y hoy por hoy te puedo seguir llamando amiga. Gracias por tantos momentos gratos por los que me has hecho pasar. Te deseo lo mejor en esta nueva etapa de tu vida, has cosechado los frutos de mucho tiempo de trabajo, y recuerda siempre, que si a alguien tenemos que estar agradecido, es a nuestros padres, que siempre están ahí, apoyándonos para tener el mejor de los futuros.
TE QUIERO, AMIGA
¡Precioso! Esta claro que quien tiene un amigo tiene un tesoro, y ustedes dos hacen una combinación perfecta. Felicidades Sarita, te lo mereces guapa : )
ResponderEliminarEs que día a día me gusta leer más tus comentarios y reportajes, gracias Adrián por ser así, por decir las cosas de una manera natural que nos llega a todos.No cambies guapo.Besos Marta
ResponderEliminar¡Bonito homenaje, Adrián!
ResponderEliminarYo conozco a tu amiga desde hace poco tiempo, a raíz de su nueva etapa laboral, y coincido contigo en que es una buena persona.
Te animo a que sigas escribiendo así.
¡Suerte con tu blog!
¡Hasta la próxima!