domingo, 29 de mayo de 2011

Cristina Rivero, pasión por la danza

“La danza mi vida, el baile mi pasión”
Cristina Rivero es una joven de veinte años nacida en el municipio de Telde. Su carrera hacia el mundo de la danza comienza con apenas cuatro años, cuando su madre decide inscribirla en la academia “Rocío Pozo”. Actualmente continúa su formación en las escuelas de danza “Rocío Pozo” y “Miriam Juan”, siempre sin dejar de lado sus estudios de Trabajo Social en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Hablar de Cristina, es hablar de trabajo, entrega y fuerza; ya que todo aquello que se plantea suele conseguirlo y con creces.
Esta joven apasionada de la danza, no se refiere en ningún momento a ésta como afición, sino como profesión. Su objetivo es formarse con los mejores profesores y convertirse en lo que un día, aquella niña de cara angelical, soñó. Razón tenía Rubén Darío…juventud, divino tesoro.

¿Dónde comienza su atracción por este arte?
Comienza donde aún continúa. En la academia de Danza Rocío Pozo, cuando mi madre decidió inscribirme, con apenas cuatro añitos. Y dónde con el paso del tiempo me fui dando cuenta, que era el lugar, al que quería ir con más frecuencia, dónde quería pasar cada vez más horas, y dónde disfruto cada segundo que estoy en ella.

¿Ha tenido siempre el apoyo de su familia?
Sí, siempre. Mi madre ha sido la persona que desde que decidí dedicarme a la danza desde un punto más profesional, me ha ofrecido su apoyo incondicional. Al igual que el resto de mi familia. Además cuento con apoyos externos, tanto de mis profesoras de baile, como mis amigos. La verdad es que soy muy afortunada por contar con todos ellos.

¿Por qué la danza y no el teatro por ejemplo?   
Pues no lo sé. Cuando era pequeña estuve en teatro varios años, pero el baile es distinto. En el teatro se representan papeles, en el baile puedo ser yo. Creo que se apreciar bastante cualquier tipo de arte, pues desde muy niña estoy vinculada  a la pintura, a la música, al teatro…, pero por mi experiencia ningún otro consigue hacerme sentir lo que la danza si consigue. Soy una persona que no me gusta hablar mucho en público, me da vergüenza, me da miedo exponerme y expresarme con palabras. En cambio con la danza puedo ser quien soy, sin necesidad de pasarlo mal; puedo enseñarle al mundo lo que siento sin necesidad de abrir la boca, soy capaz de decirles con mi cuerpo y con mis movimientos lo que quiero. O por lo menos es lo que intento.

¿Qué le aporta?
Pues no sé, yo creo que me aporta todo, o casi todo, con la ayuda de las profesionales que me dirigen. El baile  me  ha enseñado y me enseña valores, sentimientos, disciplina,  que el trabajo y el esfuerzo son cosas fundamentales en la vida. Me aporta sabiduría, firmeza, templanza, fuerza,  tantas cosas como la amistad de mis compañeras. Me aporta hasta el punto de que mi vida se basa en ello y mi principal objetivo es ese, el baile. Podría decir que la danza lo que realmente me aporta es: felicidad.

El ballet conlleva técnica y sentimiento, ¿cuál prevalece?
Si, exactamente. Conlleva técnica y sentimiento, y creo que son cosas complementarias. La técnica es muy importante, es necesario aprender y realizar todos los movimientos con limpieza y exactitud, pero si no hay sentimiento no hay nada.

¿Con qué género de la danza se siente más realizada?
Realizada me siento con todo los géneros de la danza, da igual lo que baile, el clásico, la escuela bolera, la estilización, el flamenco… Pero este último me hace sentir algo especial. No puedo explicarlo, cuando bailo flamenco me siento de una manera tan mía…, es como si pudiera llenarme por dentro de todo lo que tengo y disfrutar conmigo misma, como si el mundo dejara de existir, y sólo la música y yo seguimos en movimiento. El flamenco me hace sentir sensaciones que sólo siento cuando lo bailo.

¿Qué ha “sacrificado” en su camino hacia la danza profesional?
Ser bailarina es mi sueño y es por lo que me levanto cada día y dedico la mayor parte de mi tiempo, de mi trabajo, de mi esfuerzo, es lo que ocupa mi mente durante largas horas de mi vida. Ser bailarina no es fácil, he tenido que elegir muchas veces entre mis amigos y el baile, entre el ocio y el baile, entre dormir y el baile, y siempre he escogido la segunda opción. Pero nunca lo he visto como un sacrificio, se trata de priorizar, de saber qué es lo que quiero, y si “sacrificar” algunas cosas es el precio que tengo que pagar, lo haré encantada.

¿Renunciaría a todo por llegar a la cima de este mundo?
No, renunciaría a muchas cosas, porque el baile es una gran parte de mi vida, pero no lo es todo. Creo que si logro disfrutar cada día con lo que hago, puede ser más gratificante que llegar a la cima. Nunca dejaría de ser yo misma, no renunciaría a mis valores ni a mis principios. Si llegar a la cima del mundo conlleva renunciar a todo lo que soy, no es para mí. Lo que no quiere decir que sea capaz de luchar y reformar mí día a  día para llegar muy alto.

Si le dieran a elegir para su ingreso inmediato en alguna compañía internacional, ¿cuál elegiría?
Me da igual, creo que en cualquier compañía podría ser feliz, y solo pensar que pertenezco a una me pone la piel de gallina. Empezar poco a poco y llegar muy alto es mi objetivo.

¿Qué opinión merece para usted la creación y posterior disolución del Gran Canaria Ballet?
La creación del Gran Canaria Ballet por parte del cabildo grancanario, supuso una gran apuesta por este arte. Todos los que nos dedicamos a este mundo, vimos una oportunidad, una ilusión. Con respecto a la disolución, creo que no fue una decisión acertada, ya que no se contó con la opinión de los ciudadanos.

¿Cómo es el día a día de Cristina Rivero?
Mi día a día es normal, como el de cualquier persona estudiante supongo.  De Lunes a Sábado por la mañana tengo una rutina bastante estricta, y los fines de semana y en mis huecos libre intento estar con mis amigos y familia, pasármelo muy bien y disfrutar todo lo que pueda. Un ejemplo de un día cualquiera de la semana sería: Me levanto sobre las 6:30, me ducho, me acicalo, desayuno etc., y me voy a la universidad, de 9:00 a 14:00, donde estudio Trabajo Social, llego a mi casa y almuerzo. A las 15.30 tengo clases de piano en la Escuela de Música de Telde, hasta las 16:30. Vuelvo a mi casa, me ducho y me preparo para ir a Las Palmas, a la Academia de Miriam Juan donde recibo clases de ballet clásico de 17:30 a 19:30. Después voy a la Academia de Danza Rocío Pozo, donde estudio Danza Española, de 20:00 a 21:30. Regreso a mi casa me ducho, ceno y me pongo a estudiar hasta que el cuerpo aguante o hasta que lo ojos se me cierren. Y entonces me voy a la cama hasta que suena un día más el despertador y vuelta a empezar.

Proyectos de futuro:
Para lograr llegar al futuro con el  que sueño, es necesario pensar continuamente en el presente  e ir trabajando día a día y poco a poco con muchas ganas y esfuerzo. Ser una gran bailarina es mi deseo y el plan de futuro que para ello tengo es irme dentro de un par de años a la gran capital para estudiar el Grado Superior de Danza Española. Es necesario formarme para conseguir lo que quiero. Obviamente en este mismo futuro, sobra decir que también sueño seguir contando con mi familia y con los amigos que tengo, porque sin su apoyo, no veo futuro.


CONÓCELA

¿Qué no puede faltar en su bolso? Mi botella de agua.
¿Qué hace antes de subir a un escenario? Respirar profundamente.
Una comida: La ensaladilla rusa de mi madre y mi abuela.
Un libro: "Sopa de pollo para el alma de los adolescentes".
Una película: "La milla verde".
Un referente: Mi madre, sin duda.
Una frase: “La danza mi vida, el baile mi pasión”

Adrián Cruz para Qué Pasó Las Palmas

1 comentario:

  1. Mucha suerte, si tu sueño es ser bailarina profesional, adelante! Todos tenemos sueños, por los cuales nos levantamos el día a día.
    A ti Adrián, qué decirte? Enamoras... Mucha suerte con todo, te la mereces.

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